Título original: East Wind; West Wind
Saga: No
Autor/a: Pearl S. Buck
Editorial: Plaza & Janés
Fecha de publicación: 1958 (primera edición, 1956)
Nº de páginas: 256
Sinopsis:
La joven Kwei-lan, hija de un rico patriarca chino, acaba de contraer matrimonio. Su marido, cuya exquisita educación ancestral se ha desvanecido por la influencia de la cultura occidental, rechaza inicialmente a la esposa. Nuevas costumbres y usos, algunos en contradicción con aquellas convicciones en las que fue educada, deberá aceptar la esposa paulatinamente si desea conseguir el amor de su marido y comprender las difíciles situaciones familiares que provoca el contacto entre las culturas de Oriente y Occidente.
Valoración Personal:
Esta novela es muy diferente a lo que reseño normalmente en el blog, pero quería hablaros de ella. Hace tiempo que quería leerla, y la verdad es que no me ha decepcionado.
Lo primero: la autora. Espero que sepáis quién es Pearl S. Buck, aunque me contentaría con que os sonara de algo su nombre. Si no, os ilustraré con el hecho de que ganó en 1938 un Nobel de Literatura, aunque, en mi opinión, eso es lo menos interesante de su vida. Sus padres eran misioneros, y ella vivió durante 40 años en China, por lo que conoció de primera mano esa cultura.
Lo segundo: para leer esta novela, hay que empezar con una mente abierta. Debemos darnos cuenta de que se trataba de una época distinta, donde el rol de la mujer era de obediencia y estaba limitado al hogar. Esto se acentuaba en un país como China, donde (para aquel que no lo sepa) la tradición marcaba que sólo los hijos varones podían heredar la fortuna de los padres. Los hombres también podían tener tantas mujeres como quisieran, argumentando que no tenían hijos varones.
En la casa, las zonas de las mujeres estaban separadas de las de los hombres. El primer hijo varón era criado siempre por los abuelos paternos, como dictaba la tradición, mientras que las niñas eran instruidas para ser buenas esposas y les vendaban los pies de tal forma que se deformaran, porque para ellos era símbolo de belleza. En todo caso, la autoridad de los mayores se sobreponía a la de los demás, por lo que la sociedad, aunque sabia, era incapaz de avanzar.
En definitiva, la sociedad en la que Kwei-lan vivía no era lo que nosotros consideraríamos ideal. Cuando se casa con su prometido (al que no conocía de nada), se da cuenta de que a él no le gusta su aspecto tradicional chino, ni sus supersticiones ni su actitud sumisa y obediente.
¿La razón? Su marido ha estudiado medicina en Occidente. Ha visto lo que hay en el oeste, lo que pueden ofrecer las culturas extranjeras, y se ha dado cuenta de que las tradiciones chinas están anticuadas. Y se lo hace saber a Kwei-lan. Intenta hacerle ver que no es su superior, sino su igual. Que China no podrá avanzar mientras siga anclada a las viejas costumbres.
Seguro que muchos dirán: ¡qué tonta! Kwei-lan solo hace que adorar a su marido. Por eso digo que es tan importante considerar el contexto en que está escrita la novela. Si lo veis así, es que no os estáis acercando a la historia de la mejor manera.
También ocurre igual con los sucesos relacionados con el hermano de Kwei-lan. Para la época, toma un riesgo brutal en lo que se refiere a su futuro, y ella tarda en aceptar y comprender todo lo que está ocurriendo.
Uno de los temas que más me impresionaron fue la parte de la trama relacionada con la madre de Kwei-lan, como no quiere saber nada de estas nuevas costumbres... O no quiere aceptar que, simplemente, el mundo ya ha cambiado, y ella no es capaz de seguir el ritmo.
La pluma Pearl S. Buck es fantástica. Es muy amena, y su vocabulario no es tan antiguo como podría parecer por la época en la que vivió. En todo caso, no es una novela difícil de leer.
Me ha resultado una novela muy interesante, sobre todo siendo yo un alumna de la lengua china, aficionada a su cultura y curiosa de todo lo que se pueda saber ^-^
Mi valoración:
¿Qué os parece? ¿Habéis leído algo de Pearl S. Buck? Yo seguro que voy a leer más...
Lo primero: la autora. Espero que sepáis quién es Pearl S. Buck, aunque me contentaría con que os sonara de algo su nombre. Si no, os ilustraré con el hecho de que ganó en 1938 un Nobel de Literatura, aunque, en mi opinión, eso es lo menos interesante de su vida. Sus padres eran misioneros, y ella vivió durante 40 años en China, por lo que conoció de primera mano esa cultura.
Lo segundo: para leer esta novela, hay que empezar con una mente abierta. Debemos darnos cuenta de que se trataba de una época distinta, donde el rol de la mujer era de obediencia y estaba limitado al hogar. Esto se acentuaba en un país como China, donde (para aquel que no lo sepa) la tradición marcaba que sólo los hijos varones podían heredar la fortuna de los padres. Los hombres también podían tener tantas mujeres como quisieran, argumentando que no tenían hijos varones.
En la casa, las zonas de las mujeres estaban separadas de las de los hombres. El primer hijo varón era criado siempre por los abuelos paternos, como dictaba la tradición, mientras que las niñas eran instruidas para ser buenas esposas y les vendaban los pies de tal forma que se deformaran, porque para ellos era símbolo de belleza. En todo caso, la autoridad de los mayores se sobreponía a la de los demás, por lo que la sociedad, aunque sabia, era incapaz de avanzar.
En definitiva, la sociedad en la que Kwei-lan vivía no era lo que nosotros consideraríamos ideal. Cuando se casa con su prometido (al que no conocía de nada), se da cuenta de que a él no le gusta su aspecto tradicional chino, ni sus supersticiones ni su actitud sumisa y obediente.
¿La razón? Su marido ha estudiado medicina en Occidente. Ha visto lo que hay en el oeste, lo que pueden ofrecer las culturas extranjeras, y se ha dado cuenta de que las tradiciones chinas están anticuadas. Y se lo hace saber a Kwei-lan. Intenta hacerle ver que no es su superior, sino su igual. Que China no podrá avanzar mientras siga anclada a las viejas costumbres.
Seguro que muchos dirán: ¡qué tonta! Kwei-lan solo hace que adorar a su marido. Por eso digo que es tan importante considerar el contexto en que está escrita la novela. Si lo veis así, es que no os estáis acercando a la historia de la mejor manera.
También ocurre igual con los sucesos relacionados con el hermano de Kwei-lan. Para la época, toma un riesgo brutal en lo que se refiere a su futuro, y ella tarda en aceptar y comprender todo lo que está ocurriendo.
Uno de los temas que más me impresionaron fue la parte de la trama relacionada con la madre de Kwei-lan, como no quiere saber nada de estas nuevas costumbres... O no quiere aceptar que, simplemente, el mundo ya ha cambiado, y ella no es capaz de seguir el ritmo.
La pluma Pearl S. Buck es fantástica. Es muy amena, y su vocabulario no es tan antiguo como podría parecer por la época en la que vivió. En todo caso, no es una novela difícil de leer.
Me ha resultado una novela muy interesante, sobre todo siendo yo un alumna de la lengua china, aficionada a su cultura y curiosa de todo lo que se pueda saber ^-^
Mi valoración:
Holis!
ResponderEliminarBuena reseña, no conocía el libro pero me ha picado la curiosidad.