Hacía muchísimo que no colgaba reseña, pero voy bastante agobiada... ¡Lo siento! Trataré de ponerlas más a menudo. Además (para que veáis) la siguiente será la de Allegiant. Pero primero, Memorias de una Geisha, a ver qué os parece ;)
Título: Memorias de una Geisha
Título original: Memoirs of a Geisha
Saga: No
Autor/a: Arthur Golden
Editorial: Punto de Lectura
Fecha de publicación: 1997
Nº de páginas: 672
Sinopsis:
En esta maravillosa novela escuchamos las confesiones de Sayuri, una de las más hermosas geishas del Japón entreguerras, donde aún resonaban los ecos feudales y donde las tradiciones ancestrales empezaban a convivir con los modos occidentales.
De la mano de Sayuri, entraremos en un mundo secreto dominado por las pasiones y sostenido por las apariencias, en el que la sensualidad y la bellea no pueden separarse de la degradación y el sometimiento: un mundo en el que las jóvenes aspirantes a geishas son duramente enseñadas en el arte de la seducción, en el que su virginidad se vende al mejor postor y donde tienen que convencerse de que, para ellas, el amor no es más que un espejismo.
Apasionante y sorprendente, Memorias de una Geisha ha batido récords de permanencia en las listas de superventas de todo el mundo y conquistado lectores en más de veintidós idiomas.
Valoración Personal:
Recuerdo que este libro me fascinó completamente. No solo porque vi el principio de la adaptación cinematográfica y me pareciera escalofriante el tipo de vida que lleva Sayuri, sino porque me pareció un mundo que, regido por las tradiciones, las guerras y la riqueza, solo se basaba en la apariencia, la sensualidad y la fama.
El libro
nos cuenta las confesiones de Sayuri, la que llegaría a convertirse en
una de las grandes geishas del siglo XX. Lo que más me ha gustado ha sido la sinceridad con la que lo relata todo. Sus elecciones no son siempre las acertadas, se equivoca, y vuelve a tropezarse con la misma piedra. Pero lo asume y sigue adelante, sigue con su vida. Una vida que, adornada por fuera, te corroe por dentro.
Sayuri se verá envuelta por el mundo de las geishas. Un mundo regido con crueldad, en el que la separarán de su hermana; en el que huir ya no será una opción viable; donde la amistad no será posible; donde solo hay lugar para la competencia; en el que vivirá atada a su okiya y bajo sus estrictas normas; en el que se encontrará en medio de las maquinaciones de la retorcida Hatsumono...
Un mundo donde la manipularán y la herirán sin remedio.
Un mundo que, aunque sea comparado con el de las prostitutas, se eleva a una más alta categoría, donde que seducir es un arte y todas las geishas tienen una reputación que mantener.
Un mundo donde Sayuri tendrá que decidir qué es más importante: su deber como geisha o sus propios sentimientos.
El principio de la historia es espeluznante. Sobre todo porque, desde la perspectiva de su yo de 8 o 9 años, desde su ingenuidad más absoluta, nos relata una realidad desgarradora. Sayuri (que por aquel entonces se llamaba Chiyo) nace en un pueblo de pescadores y es arrancada de su humilde hogar y su libertad para servir en una de las casas de geishas del distrito de Gion.
Recuerdo también que me sorprendió que Sayuri no quisiera que el manuscrito se publicara hasta su muerte y la de aquellos que mencionaba en la historia. Para las geishas era muy importante mantener la confidencialidad de sus clientes, y hay que decir que, tras la lectura del libro, no me extraña nada que algunos prefirieran el anonimato...
Sayuri, lejos de parecerme la perfecta protagonista, ha habido veces que hasta he llegado a enfadarme con ella. Así es como noto yo que es una biografía. Convertirte en geisha significa que, a pesar de todos los lujos, no vas a ser enteramente feliz. Todas sus equivocaciones, todos los actos que luego desprecia haber hecho... e incluso su vida. Sayuri desprecia ser geisha porque lo único que sabe hacer en la vida es ser una geisha.
No quiero deciros nada más. El caso es que DEBÉIS leerlo. :P
Esta es mi valoración:
Una historia que te transporta a un Japón entreguerras, donde la población está comenzando a olvidar las tradiciones y a las geishas, pero en el que, sin embargo, las geishas siguen viviendo, evitando el momento en que tendrán que darse cuenta de que su tiempo ha acabado.